ENTES FANTASMALES


Mi nombre es Dan y esto que me pasó me sucedió cuando viví un tiempo en Tepoztlán, acababa de terminar la Universidad y me encontraba viviendo en mi casa remolque, desde niño tuve esta fantasía y me gustaba la idea de viajar, conocer mi país y diversos lugares del mismo. Llevaba aproximadamente un año viviendo de esta manera, hasta que en cierto punto decidí ir para Tepoztlán, la ciudad me pareció hermosa, pero no quise quedarme en la zona urbana, así que me dirigí más a las afueras, había una hermosa parte boscosa la cual me pareció perfecta, sobre todo porque al no tener vecinos podía vivir a mis anchas.

Durante el día la verdad era todo muy tranquilo, pero cuando llegaba la noche había una neblina que hacía que todo se ponga tétrico y frío, lo cual me agradó porque siempre al acostarme me arropaba y dormía muy tranquilo.

Sin embargo, en la tercera o cuarta noche, las cosas cambiaron, ya me encontraba durmiendo cuando en la parte de atrás de mi casa se pudo escuchar ya entrada la noche un grito de mujer desgarrador muy fuerte, esta pedía ayuda desesperada, como si estuviera en grave peligro, admito que esto me asustó en sobremanera y más por la hora que era, no tenía vecinos así que estaba solo ahí sin saber qué hacer si salir a ver que era lo que estaba pasando o ignorar todo y seguir durmiendo. La verdad traté de ir a darle auxilio a esa pobre mujer que gritaba mucho, pero no pude, me dio pavor, al abrir la puerta pude ver ese bosque tan grande y absolutamente oscuro, así que lo sentí por la chica, pero no me atreví a prestarle ayuda, entre al remolque y los gritos no cesaron sino hasta después de dos horas.

Luego de un rato otra vez se escucharon, pero esta vez la mujer gritaba pidiendo ayuda en la parte de afuera de mi casa, entré en pánico, pues ese grito entraba en mis tímpanos y me hacía temblar de miedo. Sin saber qué hacer, llamé a la policía para que me ayudara, la persona que me contestaba al otro lado de la línea, me decía que no me podía escuchar muy bien, porque había una especie de interrupción. Le indique que eran los gritos de aquella mujer los que no dejaban escuchar lo que me decía.

Me cortó y en unos 20 minutos llegó una patrulla, le expliqué lo que pasaba y les indique que una mujer gritaba pidiendo ayuda en los adentros del bosque, y que luego esos mismos gritos estaban en la parte de afuera de mi remolque. Les insistí para que fueran a ver si de pronto podían encontrar a la chica que pedía auxilio, pero por más que buscaron, no encontraron nada. Ni sangre o rastros de lucha, nada, me dijeron que si se trataba de una broma tendrían que arrestarme, así que no les llame para una próxima vez. A menos que sea real la amenaza.

No supe qué decir y me fui a dormir. A la mañana siguiente fui ya más calmado a dar una vuelta y ver qué había pasado en ese lugar donde aquella mujer daba gritos pidiendo auxilio, pero la verdad no pude ver nada. Mi día pasó con total normalidad, hasta que llegó la noche y me dispuse a dormir nuevamente. Cerré muy bien puertas y ventanas y me acosté en mi cama. Serían aproximadamente las dos de la madrugada cuando una vez más escuche los gritos de esa mujer pidiendo auxilio, diciendo que alguien la ayude, me quedé escuchando hasta que de pronto, esa mujer dijo mi nombre. Ayúdame Dan, quedé petrificado, no sabía qué hacer pero esa mujer me llamaba insistentemente, así que me armé de valor y decidí ir a ver qué pasaba, tomé mi vieja repetidora y la cargue, no sabía qué era lo que me llamaba, pero con el arma en manos me iba a conocer.

Abrí la puerta y salí, los gritos no cesaban y provenían del bosque, me adentré en él alumbrado con una linterna, camine, 10, 20, 30 metros . Esa voz me seguía llamando y lo curioso era que mientras más me adentraba, más lejos se escuchaba.

De pronto, pude escuchar pasos a mi alrededor, todo quedó en silencio, la chica ya no gritaba, y me asusté, no sé qué pasó en mi cabeza cuando pensé en salir a ayudar a esa chica que me llamaba, seguí escuchando como si alguien caminara y cuando alumbre en una esquina, pude verlos no era uno sino varios seres oscuros, solo los ojos les brillaban todo su cuerpo era oscuro, según yo median unos 3 metros algo llamó mi atención en la copa de los árboles y al mirar pude ver muchos más de estos seres se estaban columpiando entre las ramas y me miraban fijamente con esos ojos enormes de color amarillo, no supe que hacer, de pronto una de las figuras que estaban frente a mi abrió su boca y salió un grito escalofriante diciendo Dan ayúdame. No lo podía creer esas cosas eran las que me estaban llamando.

Corrí tan rápido como pude, esas cosas corrían tras de mi tanto las que estaban en los árboles como las que estaban en el suelo, tuve mucho miedo y solo pude avanzar, llegué hasta mi casa y cerré la puerta como pude y esas cosas estaban afuera, golpeaban la puerta las paredes del remolque fuertemente, una y otra vez y me llamaban, Dan ayúdame, estuve temblando de miedo toda esa noche y lo único que podía hacer era rezar para que la puerta no cayera, solo eso me podía proteger de aquello que estaba afuera. De pronto pude escuchar cómo grandes pasos se alejaban del lugar, me sentí aliviado.

En cuanto todo volvió a la normalidad, tomé un frasco de agua bendita y un escapulario y comencé a pedirle a Dios que proteja mi casa de esos entes. Entonces me armé de valor y quise rociar de agua bendita fuera de la casa, ya que no escuchaba más a esos seres golpeando la puerta, en ese momento las piedras comenzaron a llover eran muchísimas piedras de todos tamaños que comenzaron a dar contra mi remolque, pero no me daban a mí golpeaban contra las ventanas, el techo y la puerta, pero extrañamente no me hacían daño, me arme de coraje y les grité que me dejen en paz, porque Dios me protegía y les mostré el escapulario de frente a donde venían las piedras y de pronto no sé cómo, pero sentí un fuerte golpe en mi cara, fue como si alguien te golpea con el puño en el estómago y del dolor doble las rodillas y caí al suelo, traté de incorporarme y de nueva cuenta recibí golpes en mi espalda, en la cara, en el pecho.

Comencé a sangrar y el último golpe que recibí me levanto del suelo y me lanzó a unos dos metros. Me encontraba en el suelo y de pronto sentí como algo me tomaba del pie izquierdo, y comenzaba a jalarme hasta el bosque, no podía ver a nadie, pero alguien me estaba llevando por la pierna hasta el bosque, estaba espantado, sabía que allá estaban esos seres y que si me llevaban hasta allá seguramente ya no volvería, tomé el escapulario y lo abrace fuertemente le rogué a Dios que no permita que eso que me estaba llevando me haga daño, que me salve y con mis últimas fuerzas me lance hacia el frente envuelto el escapulario en mi puño y golpee a eso que me estaba llevando, no lo podía ver, pero sentí claramente como mi puño golpeó contra algo, en ese momento eso me soltó, estaba sangrando por la boca y la nariz, pero no me importaba, tenía que huir de ese lugar a como dé lugar, así que volví a la casa y cerré la puerta tras de mí.

Afuera una vez más se escuchaba los gritos de esta mujer pidiendo ayuda, pero esta vez ya no salí, me arrodillé en mi casa y estuve orando no seque tiempo hasta que me quedé dormido, cuando desperté ya era de día, el sol entraba por la ventana y me alegré de estar vivo, cuando me revise en el espejo toda mi cara estaba hinchada, me faltaba un diente el cual encontré después en la parte de afuera de la casa, mi cuerpo estaba todo amoratado y en mi tobillo se podía ver las señas de unas manos enormes que me dejaron la piel toda rojiza, eso fue todo para mí, me marché de ese lugar a sabiendas de que no tendría una próxima oportunidad. Hasta aquí mi historia.


Creditos aquien corresponda.

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