La venganza



Hace algunos años trabajé como cocinera de una familia pudiente, iniciaba mis labores a tempranas horas, que entre otras eran atender a mis patrones en cuanto a desayunos, comidas y cenas a las horas indicadas; POR COSAS DEL DESTINO la desgracia llegó a esta familia: el esposo y el hijo de la señora fueron secuestrados y asesinados de una manera horrible a manos de la delincuencia que azotó durante la época; la señora entró en una depresión muy fuerte y empezó a desarrollar un odio hacia las personas, ya no tenía ese carácter amable ; de ser una mujer super educada paso a convertirse en un ser mezquino, desconfiada y déspota con todos. Sus familiares no la soportaron y se fueron de la casa, solamente el chófer, el jardinero y yo nos quedamos.

El contacto con la señora ya era muy poco, teníamos hospedaje en la casa, ya que todos procedíamos de comunidades rurales y no podíamos dejar el trabajo por necesidad. Tiempo después entre su círculo de amistades ricas consiguió la ayuda de una jovencita que venía del campo, quien tenía unos 16 años llamada Laura, una niña muy humilde y con un corazón de oro, ella nunca se imaginó el infierno que pasaría al ser contratada por la señora.




Debido a su poca edad era una persona inexperta en las labores del hogar, se equivoca continuamente o en ocasiones se le olvidaba hacer alguna tarea, eso ocasionaba que la señora se enfureciera y tratara muy mal a la joven. El tono de sus mandatos iba subiendo de intensidad y cada vez imponía castigos más crueles y humillantes y aun sin equivocarse, nosotros no podíamos hacer nada al respecto, ya que teníamos algunas deudas con la señora y nos tenía en sus manos, pero nos llenaba de coraje cada vez que la señora atormentaba a Laura. Le hacía limpiar 2 veces la casa, le tiraba el agua sucia en el piso, le hablaba con insultos, la golpeaba hasta cansarse.




Una ocasión le cortó el pelo, sus largas trenzas prácticamente se las arrancó y les prendió fuego, la dejo fatal; le aventaba cosas calientes y la encerraba en un cuarto muy pequeño donde el jardinero guardaba sus herramientas, le daba de comer desperdicios de comida y otras tantas atrocidades más que no puedo describir; nosotros fuimos cobardes lo reconozco, pero en una ocasión quisimos defender a la joven y nos ganamos insultos y amenazas con meternos a la cárcel por robo y otras tantas cosas falsas, teníamos miedo de la señora ya que sabíamos que tenía el poder de hacerlo; era imposible salir de aquel infierno.




Cierto día la joven ya cansada de los malos tratos intentó vengarse de la señora de la manera más tonta, al llevarle la comida en una charola la dejó caer delante de sus amistades las cuales eran igual de frívolas y déspotas, la insultó y humilló delante de todos y la mandó a su cuarto. En cuanto terminó la reunión presa de la ira arremetió en contra de Laura, la azotó hasta que se cansó, sus gritos se escuchaban por toda la casa y nosotros en un intento por calmar a la señora fuimos para detener aquel tormento sin éxito, nos amenazó con hacernos lo mismo no podíamos hacer nada; el jardinero ya era mayor y amargado, le preocupaba poco lo que le sucediera a la joven y yo también era cobarde, temía por lo que me pudiera hacer la señora a mí y a mi hija que tenía estudiando, me callé y lo pagó caro la jovencita.


La señora le quemó las manos con aceite y la dejó totalmente destrozada, al día siguiente Laura no pudo levantarse, lo grave de sus heridas la tenían en cama, su frágil cuerpo no pudo resistir los golpes y torturas y enfermó. La señora al ver la magnitud de las heridas opto por dejarla ir, la sacó de la casa, la dejó en la central camionera y se olvidó del asunto.




Enseguida comenzó a buscar a otra muchacha; los días pasaron no teniéndose noticias de Laura al parecer se había ido a su pueblo según dijo una amiga que trabajaba en otra casa y que conocía a sus familiares, yo le conté todo lo que había sucedido con ella como una forma de liberar la culpa que sentía al no poder ayudarla y yo pienso que ella puso al tanto a la madre de la muchacha ya que también eran del mismo sitio donde vivía la familia de Laura.




No supe más de ella porque se regresó a su pueblo y la deje de ver; Con el tiempo la señora llegó con otra sirvienta, Rosaura, esta no era tan joven era como de mi edad, su aspecto denotaba seguridad y algo de soberbia pero sabia trabajar, sabia cumplir los caprichos de la señora a la perfección, con el tiempo se ganó su confianza y la comenzó a llevar a todos lados, esta chica muy buena con nosotros, nos trataba bien y me contó que venía de Veracruz , yo le tomé confianza y poco a poco le conté la trágica noticia de la familia, los cambios de la señora y todo el horror que vivió Laura su antecesora, ella simplemente me dijo: ya estoy enterada pero no quiero problemas tu apóyame en todo y nos ira bien.




Las cosas mejoraron sin embargo empecé a notar que Rosaura tenía costumbres extrañas, por las noches salía al patio y prendía veladoras para hacer oraciones a escondidas de la señora, siempre llegaba del mercado con cosas raras que metía a su cuarto y una vez pude ver que dentro de su cuarto tenía un altar con la santa muerte y otros ídolos que nunca había visto.


Cuando la señora no estaba se ponía a ahumar algo dentro de la casa, yo un poco alterada por aquella situación le pregunté nerviosa porque hacia todo esto que si se enteraba la señora nos podía ir muy mal y la respuesta me dejó helada, sé que esta señora es mala y por eso voy a cobrar unas deudas que tiene conmigo, tú no digas nada.


Yo sin saber que decir la deje hacer lo suyo, al jardinero no le importa y a mi creo que tampoco, en ese momento la seguridad de la señora dejo de importarme. Los días pasaron y la señora comenzó a enfermar continuamente iba al médico y regresaba con una bolsa llena de medicamentos, su salud parecía no mejorar ya que cada vez iba más seguido al doctor e incluso una noche tuvo que ser llevada al hospital para atenderla de urgencia, Rosaura me contaba poco acerca de los padecimientos de la señora pero me decía que estaba pagando por todo el mal que había hecho, al escucharla no pude evitar sentir un escalofrío pero dentro de mi ser y que Dios me perdone me sentía a gusto al escuchar eso, la salud de la señora no mejoró y su estado empeoraba cada vez más, los males que tenía no se sabía muy bien que eran. El chófer me contó que en una de las idas al hospital tuvo que entrar con ella y escucho que según los estudios que le habían hecho todo estaba bien, pero claramente no era así.


En ese entonces tanto el jardinero como el chofer fueron despedidos y llego a vivir a la casa una pariente de la señora que aparentemente era una enfermera. Rosaura se encargaba del aseo y atención de la enferma, aunque yo intuía que el estado en que se encontraba era obra suya.


Cierta tarde que todos salieron al hospital mi curiosidad me llevó a la habitación de Rosaura la cual tenía con llave pero yo guardaba un juego de todas las llaves de la casa, al abrir un olor a hierbas y cera quemada me inundó el cuarto, todo estaba completamente oscuro, tenía muchas veladoras así como hierbas por donde quiera, lo más extraño de todo eso era el altar que ocupaba un gran espacio; aparte de las veladoras habían vasos con líquidos, sahumerios, la foto de la señora, un muñeco hecho de tela, cabellos y varios símbolos de la muerte y el diablo, todo aquello me impactó tremendamente, ahí pude comprobar que Rosaura estaba haciéndole brujería a la señora y la tenía enferma., pero no entendía cual era la razón, fue un horror, comencé a notar que la señora cada vez que regresaba del hospital llegaba arrastrándose del dolor y con vendajes en cara y brazos, todos los días le curaban ciertas heridas, que nunca supe cómo se le hicieron, pero me enteré que tenía una fuerte infección en la piel que le causaba que se le cayera a pedazos, yo pude comprobar con mis propios ojos el estado en el que se encontraba.

Una tarde tuve que asistir a Rosaura y a la enfermera y cambiarle los vendajes, la pestilencia del cuarto de la señora era insoportable , apestaba a carne podrida, cuando la enfermera le quitó el vendaje no pude evitar emitir un grito de horro y asco, los brazos y pies estaban carcomidos, la piel alrededor de los pies y manos estaba negra y llena de pus, la mitad de su rostro estaba desencarnado al grado que podían verse hasta los dientes; gritaba de dolor al entrar en contacto con el agua, la verdad era bastante insoportable para mi ver todo aquel sufrimiento que estaba pasando con esa rara enfermedad que le estaba pudriendo la vida; en sus últimos días tuvo que ser internada pero no corrió con mejor suerte, los médicos no pudieron salvarla y finalmente una tarde murió de un paro respiratorio en medio de un tremendo sufrimiento y con el cuerpo podrido.



Después de su funeral los familiares de la señora nos iban a despedir a mí y a Rosaura, la cual ya había empacado sus cosas y antes de que llegaran a decir que nos fuéramos ella ya había partido. La hermana de la señora ordenó quemar todas las cosas que había tenido contacto con ella y así lo hice antes de irme.


Después de casi 20 años trabajando para la familia me dieron mi liquidación y las gracias. Recuerdo que era una tarde soleada y el viento me pegaba en la cara, tenía temor de estar en el mundo pero me sentía libre decidí ir a mi pueblo donde estaba mi hija y mi hermana; cuando llegué a la central me di cuenta que Rosaura estaba ahí esperando el autobús, estaba con su gesto despreocupado, yo la vi y me senté junto a ella y comenzamos a conversar, yo tenía curiosidad de lo que le había hecho a la señora, ella se limitó a contestar que pagó caro todo lo malo que había hecho y que ella simplemente había cobrado una deuda pendiente; yo intrigada le pregunté quién eres Rosaura? ¿Qué te hizo la señora? Ella me respondió con un tono resignado y un gesto de tristeza que nunca vi cuando estuvimos en aquella casa: “Soy la madre de Laura”, mi hija cuando llegó al pueblo iba muy mal y murió; yo jure vengarme de esa maldita y lo conseguí, ahora voy a llorar a mi hija como se debe , Rosaura subió al autobús con un rostro triste y nunca más la volví a ver.