Un día, después de una noche en la que no pudo dormir, Juan decidió investigar por sí mismo. Con el corazón latiendo con fuerza, se inclinó por debajo de su cama y miró con cuidado. Para su sorpresa, vio algo que se movía. Rápidamente se levantó y salió corriendo de la habitación, gritando que había un monstruo debajo de su cama.
Sus padres, preocupados, decidieron investigar también. Cuando miraron debajo de la cama, se encontraron con una caja olvidada llena de juguetes antiguos. Aliviados, trataron de explicarle a Juan que no había ningún monstruo, solo su imaginación y una caja de juguetes olvidada.
Sin embargo, Juan no podía sacudirse la sensación de que algo estaba mal. Cada noche, antes de dormir, se aseguraba de que su cama estaba lejos de la pared y de que había una luz encendida en su habitación. Pero a pesar de sus esfuerzos, su miedo no desaparecía.
Unos días después, Juan se despertó en medio de la noche con un ruido extraño debajo de su cama. Con el corazón latiendo con fuerza, se levantó y miró debajo de la cama. Para su terror, vio unos ojos brillantes y unas garras afiladas. El monstruo había estado allí todo el tiempo, esperando pacientemente a que Juan se durmiera para atraparlo.
Juan intentó salir corriendo, pero el monstruo lo agarró por el pie y lo arrastró debajo de la cama. Juan gritó y golpeó, intentando liberarse, pero el monstruo era demasiado fuerte. Finalmente, Juan se desmayó de miedo y cuando despertó, se encontró en su cama, con sus padres junto a él.
Sus padres le dijeron que había tenido una pesadilla, pero Juan sabía que había sido real. A partir de ese día, nunca volvió a dormir solo y siempre se aseguraba de que su cama estaba lejos de la pared.
Pasaron los años y Juan creció, pero nunca olvidó aquella noche en la que el monstruo debajo de su cama casi lo atrapa. A menudo se preguntaba cómo había logrado escapar y por qué había desaparecido.
Un día, mientras limpiaba su antigua habitación, encontró una caja olvidada debajo de la cama. Con curiosidad, la abrió y encontró un diario antiguo. Al hojearlo, se dio cuenta de que era el diario de su abuela, quien había vivido en esa casa antes que él.
En el diario, su abuela había escrito sobre un monstruo que solía aparecer en su habitación cuando era niña. Al igual que Juan, ella había creído que había un monstruo debajo de su cama y había vivido con miedo durante años. Pero un día, decidió enfrentarlo y descubrió que el monstruo era solo una caja de juguetes olvidada debajo de la cama.
Finalmente, Juan entendió que su miedo había sido solo su imaginación y que el monstruo debajo de su cama no era más que una caja de juguetes olvidada. A partir de ese día, pudo dormir tranquilo de nuevo y nunca volvió a tener miedo del monstruo debajo de su cama.