La leyenda del aparecido en el panteón


Hace muchos años, en un pequeño pueblo al sur de México, existía un panteón antiguo y abandonado. Era un lugar que nadie visitaba, pues decían que estaba embrujado. Se decía que un viejo sepulturero había sido asesinado allí y que su espíritu aún vagaba por el lugar. Los lugareños contaban historias de cómo se podía escuchar un susurro en las noches de luna llena y de cómo las tumbas se movían solas.

 

Sin embargo, una noche, un grupo de jóvenes decidieron explorarlo, pensando que era solo una leyenda. Eran valientes y curiosos, y querían ver si había algo de verdad en las historias que habían oído. Se prepararon con linternas y palos para defenderse de cualquier peligro que los amenazara, y se dirigieron hacia el panteón.

 

Al llegar, se encontraron con una verja oxidada y una entrada sellada. Sin embargo, no se dejaron vencer por cualquier obstáculo que se los impidiera, y comenzaron a escalar la verja. Cuando llegaron al otro lado, se encontraron con un lugar desolado y en ruinas tétrico como nunca antes habían visto. El césped estaba alto y las tumbas estaban rotas y cubiertas de musgo, entonces se dieron cuenta que realmente el panteón estaba abandono. Sin embargo, pudieron ver que algunas tumbas estaban abiertas, como si alguien las hubiera saqueado.

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Mientras caminaban por el panteón, se encontraron con una tumba abierta, pero a diferencia de las anteriores es que esta tumba no estaba vacía, en su interior había una figura extraña y aterradora sentada dentro. Era un hombre con una capucha negra y una mirada fría y vacía. Los jóvenes al ver tal ser demoniaco intentaron huir corriendo despavoridos, pero el ser los persiguió a través de los pasillos del panteón. Los gritos de terror de los jóvenes resonaban por el lugar mientras huían de aquel aterrador espectro.

 

Cuando, lograron escapar del terrorífico ser, nunca volvieron al panteón. Sin embargo, había algo extraño en ellos desde entonces. A menudo miraban hacia atrás y decían sentir una presencia aterradora detrás de ellos. Algunos de ellos comenzaron a tener pesadillas y alucinaciones, y uno de ellos incluso tuvo que ser hospitalizado debido al shock. Nadie sabe lo que realmente vieron esa noche en el panteón, pero se dice que el espíritu del viejo sepulturero sigue vagando por allí, buscando venganza por su muerte y buscando almas para atormentar, tal y como les paso a este grupo de jóvenes.

 

Desde entonces, nadie se ha atrevido a visitar el panteón nuevamente. Los lugareños evitan pasar cerca de allí, y se dice que incluso los animales evitan acercarse al lugar. Sin embargo, hay quienes dicen haber visto al ser de la capucha negra en las cercanías del panteón, aun buscando venganza y almas para atormentar.

 

La leyenda del "aparecido en el panteón" se ha extendido por el pueblo y ha sido contada de generación en generación. Se dice que, si alguna vez se atreve a visitar el panteón, debe tener cuidado de no despertar al espíritu del viejo sepulturero. Se recomienda no entrar solo y llevar una ofrenda para aplacar al espíritu.

 

En las noches de luna llena, se pueden escuchar gritos y susurros procedentes del panteón, y algunos dicen haber visto sombras moviéndose detrás de las tumbas abandonadas. A pesar de que la mayoría de la gente evita el panteón, hay algunos valientes o incautos que aún intentan entrar al panteón para descubrir la verdad detrás de la leyenda. Sin embargo, ninguno de ellos ha vuelto a contar su historia.

 

El panteón sigue allí, abandonado y olvidado, pero el espíritu del viejo sepulturero sigue vagando por sus pasillos, esperando a la próxima persona valiente o incauta que se atreva a entrar. El "aparecido en el panteón" sigue esperando, listo para atormentar a su próxima víctima.

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