El paseo de los Tristes



Ese día el cielo se agrietó y se desangró en lágrimas. Trágico final


Hoy llueve dentro de mí y no consigo despertar, quiero encontrarme y descansar.



El Sol en retirada se oculta por las colinas y valles, La luz de los últimos rayos se esfuman dando paso a la oscuridad.

Las Ciudadelas y el Palacio se iluminan con hogueras, El Río Darro que en algún momento fue frontera con los Musulmanes, hoy es adornado e iluminado con antorchas

Junio 23 la ciudad celebra su fiesta religiosa, La ciudadela celebra: los castillos y el palacio adornados y festivos. Un alma en pena transita el Albardín, El Darro y Llora al avanzar por el Paseo de los Tristes.

Muchos hablan del espectro que cada junio, al caer el sol, parece buscar algo. La eterna y sombría Luna afirma que en algún momento este espectro fue un joven Musulmán atado a una maldición.



La Alhambra recuerda ver a este joven Musulmán y a una Doncella, Los veía sonreír y amarse al alba, toda granada se ruborizaba al contemplar ese amor.

Amor que crecía con el tiempo, el pasar de los meses solo confirmaba que este sentimiento trasciende el tiempo, pensamientos, religión o distinción racial.

Pero algo ocurrió. El Padre de la doncella sospechaba de los escapes de la joven y envío a un espía para seguirla.

¡Los vio!


El espía se esconde para seguir al muchacho de regreso a casa, el joven de piel tostada y de ojos pardos claramente no era cristiano.

Ingresa a los vestigios de lo que fue un gran asentamiento Nazarí, hoy reducido a campamento.

Esto es informado al padre de la doncella, quien encierra a su hija y acude al jefe de la guardia defensiva ubicado en una torre del castillo de la Alhambra.



Un hereje había mancillado el honor de su hija.



Reúnen a una tropa de ropaje oscuro, lanzas y espadas, cargan contra el campamento buscando al muchacho, el cual fue torturado y ejecutado por la Santa inquisición.

Sus delitos:

Herejía y Deshonrar a una mujer cristiana.

Farid aceptó su destino y grito al viento “Te esperaré mi dulce Amada”.




La noticia estremeció a toda la colina del albardín, de boca en boca y de casa en casa se enteraron de la historia trágica de amor entre la doncella Cristiana y el refugiado Musulmán.

Esto llego a oídos de María que estando encerrada en casa fue informada por un sirviente.

María pide al sirviente que le lleve un frasquito que guardaba en una de las alcobas, supuestamente era una sustancia aromatizante y al irse a dormir lo bebió, y murió en la paz de su sueño entre lágrimas, pidió perdón a su amor y prometió buscarlo.



Farid era un buen hombre, solo quería tener una larga vida al lado de María, Casarse y tener hijos con ella.

Ahora está muerto, llego a la Yanna donde van los buenos musulmanes y no encuentra a María, dónde estás, dónde estás sin ti vagaré, grita sin respuesta.



Alá ¿Mi amor dónde está? Pregunta a su Dios

¡Devuélvemela!



María es trasladada, bajan la colina del Albardín, el cortejo rodea El Darro y caminan frente a las murallas de la Alhambra, este castillo, como el significado de su nombre, se torna rojizo con los rayos del sol. O quizá está furioso por el fin de estos dos jóvenes que su único pecado fue amarse.

María es despedida en el paseo Granadino entre flores y llantos.

Farid escapo de la Yanna y acompaño al féretro tratando de despertar a María vanamente. María en su propio cielo no encontró a Farid, no puede descansar. ¡Sus cielos no son compatibles!



Desde entonces y hasta hoy, en esta fecha festiva, Farid camina el recorrido que hizo el féretro, buscando a María.

Ella desde el cielo lo cuida, si miras al cielo y vez una brillante estrella junto a la luna es ella quien ilumina y protege a Farid.

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